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Na 150. SAYNETE

NUEVO

INTITULADO

L ALCAL

de»

DE LA ALDEA.

PARA VEINTE PERSONAS.

Teresa, alcaldesa. Bernardilla.

El Alcalde.

El Escribano. El Regidor.

SS

Un Sabio,

' SS

SOSIASASIATS

PO

Dos Alguaciles. Tio Roque, vejetes Periquito , majos

Un Abate.

dE: Un Francés. z <P Quatro ÁAldeanas. Dos Aldeanos. E Dos Madrileñas.

6 6) S) 6

ASE AAA AA EA

El teatro representa la plaza de un lugar, con bancos á los lados, y uno en el

frente:

en el de la derecha estarán las dos Aldeanas, tocando cada una su pan= dero , á cuyo compas cantan la seguidilla que sigue, la que baylarán los

dos Aldeanos con la Bernardilla, y la Aldzana.

Cani.» N la funcion del Santo, nuestro Patrono, »todo sea alegría, s»COntento y gozo. »¡Qué bien que suenan »panderos, cascabeles -»y castañuelas!:: gritan. Aldeano 1. Ya nuestra balde viene. Salen Teresa, alcaldesa, con rodete y Ca-= potrillo, y.el tio Roque, el qual traerá debaxo de la capa una manta muy vieja, la que sacará á su tiempo. Todos. Que viva nuestra Alcaldesa. Ter. Malegro hayais empezado tan presto el bayle, porque ésta, Por la Bernardilla. desde anoche está rabiando por lucir su gentileza.

Bern. Pero, tia, ¿no ve usted, que las que somos solteras, encontramos en lós bayles tal vez nuestras conveniencias? Aldeana 2. Dice Bernardilla bien, que en estos dias se enredan muchas bodas. Bern. Ya se ve; porque los mozos acechan nuestros saltos y respingos; y de la misma manera que al raton el gato, tiran la garfiada , y hacen presa. Aldeana 2*. Y aquella que no la tiran por raro bicho se cuenta. Aldeana 1.* ¡Ab! ¡pobrestontas! rabiais por matrimoniar, y apenas se acaba el pan de la boda,

2

sobran “tortas de Palencia. Bern. De modo que las mas semos al matrimonio propensas: si mos va mal despues de hecho, lo que usted haremos, paciencia, Ter. Muchachas, vuesta disputa: difino de esta manera, ¿Tio Roque? Rog. ¿Señora mia? Ter. ¿Dónde está mi estrado? Rog. En esta | manta de. una mula.

La saca, y tiende á la izquierda. Ter, Pues :

Camina muy sería, y se sienta en ella.

á este honor ninguna llega sin casarse: sin marido- ninguna será Alcaldesa. ; Tambor y gayta. 1. El Ayuntamiento viene, pues tambor y gayta suena. Salen los dos Alguaciles, el Regidor, el Escribano y el Alcalde, tocando dentro tambor y gayta. Alc. No toqueis mas. Bernardilla Se lo dice al paso. de mi vida, quien pudiera quando Jas gueltas das, corregirte yo tus gueltas. Bern. ¿Vos las gueltas corregirme? no es facil como yo quiera: mas no me hable usté en secreto, porque está allí su parienta. Alc; No importa: serás prima, y verás que bien que suenas. Reg. Señora Alcaldesa , todo un Regidor se presenta. con respeto á vuestros pies. Esc. Y de la misma manera mis signos y testimonios los pongo á vuestra obediencia. Ter. A los dos estimo mucho la atencion, y la fineza. Alc.: Señores mios, primero que el bayle se empiece, es fuerza que os vuelva á acordar, que como “está nuestro lugar cerca de Madril, y es tan notoria

?

la funcion que se celebra en él á nuestro Patron, es grande la concurrencia de Madrileños ; los quales nos tratan con insolencia, queriendo ser del cortejo los dueños, y á la manera que las moscas á la miel ellos acuden, y llegan á las mozas del lugar;. y esto no es bien se consienta, pues como lobos pretenden devorarlas Ó morderlas. Ter. Ya se ve: el año pasado tuve yo de eso experiencia» Alc. ¿Te mordieron? Ter. Me tiraron sus dentelladas; mas de ellas supe librarme muy bien, sin dexarles hacer presa. Aldeana 1* ¡Qué ninguno de esos lobos a morderme á se atreva! Reg. Preciso es poner remedio. Al. Yo haré que este año haya enmienda. Reg. ¿Pero que pensais hacer? Álc. Ya se verá: estad alerta todos , porque el Madrileño que con malos modos venga, ya puede decir que halló una brava conveniencia. Todos. Viva nuestro Alcalde, viva, que da honor á nuestra aldea. Alc. Sentémonos todos, y que se principie la fiesta. 'Se sientan en el banco del centro: el Al- calde en medio, el Regidor á su dere- cha, y á su. izquierda el Escribano; Bernardilla y la segunda Aldeana se sientan en el banco de la izquierda ; y la Primera y tercera Aldeana á la dere- cha con los panderos : los Alguaciles de- trás del banco del Alcalde; y los dos Al- deanos en pie, como dispuestos á baylar: al tiempo de ir á cantar los inter- rumpe lo que dicen dentro. Dent. Para, para. Alc. ¿Qué es aquello? Ad, 2. Que dos calesines llegan.

con señoras y señores de Madril segun las señas.

Ááld. 1. Y aquí todos se encaminan.

Alec, Dios mos la depare guena.

Salen las dos Madrileñas: la segunda

traerá una escofiera muy grande , de mo-

do que se la pueda caer con facilidad á

tiempo, y las dos con basquiñas y man-

tillas: 4 la primera conducirá del bra- zo el Sabio, y á la segunda el Majo, con chaleco y chupa, que tengan muchas cin- tas, sin capa. Detras vendrá el «Abate. Quedan todos inmediatos al bastidor.

Mad. 1.2 Al mejor tiempo llegamos, que el bayle parece empieza.

Mad. 2* Es verdad: ¿dónde estamos mejor? Sab. Creo que en aquella manta que sirve de alfombra.

Mad. 1.* Si está en ella la paleta,

Sab. La harán levantar al punto que a saber lleguen mi ciencia.

Abat. Ved que en estos pueblos no como-en: Madrid se respetan los sabios. S1»..Ea todo el mundo mi literatura aprecian.

Per. Szñor D. Blas, lo que aquí mas se “estima es mi majeza: tan solo con un súspiro hago a los mármoles cera.

Sab. Ahora lo verás. ¡Quién es llega. el Alcalde? Alc. Bien lo muestra esta vará. ¿Qué quereis?

Sab. Haced se levante aquella Aldeana de la manta, para que se sienten estas mis señoras.

Ter. La Aldeana es la señora Alcaldesa; y antes que dexe mi estrado, sabré sacaros las muelas.

Per. Poco á poco, que esas Voces delante de mi presencia no se vierten.

Sab. Ni 4 la de un . profesor de bellas letras.

Alc. Tomad un polvo, señores.

Saca una caxa, y da un polvo con soflama.

furiosa.

3 Reg. Ved que gastajs mucha flema, y que ya los Madrileños nos tratan muy mal. Ale. Prudencia, a. que todo ha de componerse, si el garrote no se quiebra. Ter. El Alcalde no repara que es una accion muy grosera tratar así á dos mugeres de nuestra naturaleza.

.Mad. 1* Y 2 un hombre como D. Blas,

que es racional biblioteca. Abar. Señoras , lo'que es de grado, no ha de pedirse por fuerza.

Alc. Tome el polvo con despacio:

ahora daré providencia. :

Se limpia las narices, se levanta, y pa-=

sa donde están los Madriletos.

Reg. ¿Qué querrá hacer el Alcalde?

Esc. Veremos qué es lo que intenta.

Álc. Señoras, ¿ustedes vienen a divertirse en la fiesta de este pueblo?

Las 2. Es cierto. Alc. ¿Y quieren por estar con conveniencia sentarse?

Mad. 2. Eso es consecuente.

Alc. Pues vengan ustedes, vengan conmigo», y se sentarán.

Le siguen las dos llevándolas del bra-

20 Periquito y el Sabio, el Abate se que-

da en su sitio: á la mitad del teatro

vuelve el Alcalde la cabeza, ve á los dos, y se detiene.

Sab. Si el Alcalde procediera “de otro modo, se acordara de mí. Per. ¡Cómo se sujetan estos miserables pueblos a quien así se presenta!

Álc. ¿Hola? ¿dónde van ustedes ?

Los 2. Vamos donde usted nos lleya.

Alc. Yo he llamado estas señoras, pues basta mugeres sean para atenderlas: esperen ustedes á que yo vuelva.

Ellos se vuelven donde está el Abate,

y las señoras le siguen,

Per, ¿Y qué querra hacer? a

la

4 Sab. Querrá sentarnos donde el se sientas állc. Bernardilla, junto á ti estas dos madamas quedan.

Bern. Malegro: siéntense ustedes. Lo hacen, y el Alcalde pasa á su pues- to, y hace lo mismo.

Bern. Y diganme, ¿2 cómo cuestan en las tiendas de Madril estas grandes orejeras? Mad. 2. ¿Qué orejerasí no os entiendo. Bern. Estas, estas. Alec. ¡Qué gran bestia ! orejeras no se llaman. Bern. ¿Pues cómo. , cómo? Mad. 2. Escofietas; y valen á dos doblones. áld. 22 ¡Caracoles! Bern. Oyes , Pepa,

¿quieres que en yendo 2 Madril compremos de estas guirretas ? Ald. 2. ¡Qué risa! ¿y dónce el dinero tenemos ?

Fer. ¡Qué seais tan necias! en Madril hay infinitas, 4 las que eso nada cuesta, ni otras-cosas. Bern, ¿Pero cómo: lo tienen ? Ter. Porque se lo prestan.. Que á baylar empiecen. Alec. Antes á estos señores es fuerza colocarlos. Señor, el de la capita de seda, llegad aquí. : Abat. ¿Qué mandais ? Ale. Que os senteis á mi-derecha. Abat. No merezco tanto honor. Alo. Es demas la resistencia, Se sienta el Abate. Respeto. mucho ese trage, aungue algunos le desprecian. Abat. Decis bien. Yo. tengo de ello muchisimas experiencias, pues le correr mil veces. las mas furiosas tormentas... Álc. Llegad vos. iS Sab. Si un poco tarda ap. llegando,

ap.

ho k

en darme asiento, por fuerza la arrancaria del suy0. Álc. ¿Quién sois ? Sab. La pregunta es buena. Per. Si a con preguntas viene, ap. en requien para la fiesta. Mad. 2. Ese señor es un hombre::- Reg. No, no tiene traza de hembra. Mad. 2.* Es hombre muy erudito. Esc. ¿Erudito a la violeta ? Per. En una palabra, es un sabio de buenas letras. Álc. Está bien: ¿con que sois sabio? Sab. Y como á tal me respeta todo el orbe literario. Álc. Pues mi propio asiento sea el que ocupeis, que a los sabios se deben honras como estas. Sab. Supuesto que le merezco, le ocupo sin resistencia. se sienta, Alc. Usted, ya reparo, quees á Per. un almagacen, ó tienda de cintajos. Per. En la corte todos alaban mi ciencia, porque asi me visto. Alc. Acá ponemos así á las bestias el dia de San Anton quando su ermita pasean. Per. Eso es insultarme. ÁAlc. Esto es castigar la desvergilenza de vestirse un hombre así. ¿Alguacil? Alg. 1. Señor, ¿qué ordenas? Alc. Ves en casa de Anton Sanchez, y la albarda de su yegua trae aquí. Alo. 1,2 Voy al instante. VASC. Sab. Señor Alcalde, ¿qué intenta? Álc. Como a sabio os he cedido mi asiento. Di mi derecha al Abate, por Abate, y ese hombre quiero que tenga el asiento que merece; porque el que un pueblo gobierna, justo ha d= ser si castiga, y justo tambien si premia.

411. 1." ¡Lo que sabe nuestro Alcade!

AÁld. 2.2 Pues y compone quartetas, y por toda la comarca su sabiondez se celebra.

Sale Alguacil 12 con albarda»

Alg. 1. Aquí está la albarda.

lc. Ponla donde esté sola, y en ella haz se siente el señor majo, que no es bien juntos se vean, aun en medio de una plaza, los racionales , y bestias.

Per. ¿A mi se me trata así?

Mad. ¡Quién sufre tanta insolencia !

Se levantan. Sab. ¡Ni dónde se usa esta injuria! Lo mismo.

Álc. No hay que andarme en frioleras: Ó sentarse , ó vive el Rey, que se acuerden de la fiesta.

Los 4. Ya obedecemos, señor.

Con sumision,

Esc. De que doy fe.

Se sientan»

Sab. Ni las letras apenas del A, B, C,

y por Sabio aqui me sienta; si reconoce despues mi barbarie, me estropea.

Per. Malditos sean mis pies, ap. que vinieron á esta aldea.

Reg.¡Qué bien os portais,Álcalde!ap.á el. aun sabeis mas que Seneca.

4Abat.Algun demonioes estg hombre, af. segun del modo que piensa.

Ter. Muchachos, baylad. Ale. Haced lo que manda mi parienta.

Se repite la misma accion de empezar ú

baylar, la que interrumpe un Francés,

que saldrá nidículamente vestido , con un

! cartel de á pliego en la mano.

Franc. ¿Dónde instar Monseur Alcaldo?

ÁlC. ¡Qué quereis? dE

Franc. Monseur, licencia para que un par di cartelos ponga in las, esquinas di.esta grand plaza, par quiil publico goce di las cosas bellas que traigo a venderr.

Ap.

ap.

| 5

Alc. Mostrad el cartel. Franc. Tomadle.

Ale. Lea - usted, señor Sabio.

El Sabio se sorprebende.

Sab. Aquí descubro mi insuficiencia, pero á un arbitrio apelemos: aunque la lengua francesa poseo como la propia, no le leeré si está en ella, que he hecho juramento de no leer nada en esa lengua.

Franc. Istarr tudu in ispagnol.

Sab. Maldita tu boca sea

Alc. Lea usted. :

Sab. Sin los anteojos no puedo leer, y en la mesa de mi estudio los dexé,

Álc. Eso fue mucha simpleza, que cosas que tanto importan» siempre un Sabio ha de traerlas consigo. Yo soy un zote; pero padezco la mesma enfermedad que vos; mas jamás de la faltriquera el remedio se me aparta:

Sácalos, y se los da. tomad anteojos, y sepa lo que el cartel dice.

Sab. No hay ya mas que tener paciencia.

Se pone los anteojos , y deletrea. A-—vi-s0.

Álc. Malo, malo, no sabeis ni aun leer.

Sab, Es que esta letra esi- Alc. Arábiga para vos,

y no podeis entenderla.

Mad. 1." ¡Ay que D. Blas leer no sabe!

Sab. Yo estoy muerto de vergijenza. ap.

Ábat. ¿Quantos en la corte habrá que deletrear no sepan,

y son tenidos por sabios ?

Reg. ¿Pero quién será quien pueda hacer de ellos tal concepto?

Abat. ¿Quién? los simples que se dexan sorprender de dos razones,

se le da.

ap.

ap»

6

vengan al caso, Ó no vengan.

Franc. Yo leeré, Monseur.

Alo. Leed.

Les el Eranc. » Aviso al publico: Ha » llegado á iste ilostre Poblo Mon- »seur Lagarti, grandi profesor di »la Optica: vendi unos frasquitos »de quintas esencias, quí causan »tan prodigiosos efectos , qui vol- ven los ocos di azules nigros, y »di nigros verdis, paquizos, colo- »rados, y di quantos colores quier-

>»ran. A las moqueres, y bom--

»brerrs pone lis canas nigras. Trai aguas parra blancarr lis rostros »morrenos, y darlis grandi her- - —»mosura, vendi igualmente oleo::- Alc. No leais mas. ¿Adónde está, Monseur Lagarto, tu tienda? Franc. In la posata. 4/c. Pues trae los frascos á mi presencia. Franc. Está bien. Mad. 1% ¿Monseur? Mad. 2.* ¿Monseur? Franc, ¿Qui manda madamisela ? Mad. 2. De cada uno de esos frascos traedme quatro docenas para las dos. Franc. Gui, madamas: bona venta, bona venta. VASe. Bern. ¿Quieres compremos un frasco para hermosearnos, Teresa ? Ter. Calla , tonta. La hermosura que no es natural, apesta.

Sale el Frances con una arquitay de la que sacará varios frarquitos. Franc. Monseur Alcaldo, aquí istan

las cosas mas estupendas

é admirables. Istos son

para qui las canas sean tiñidas. Alc. Siempre las canas tuvieron la preeminencia

'de darnos autoridad;

pero hoy de modo se piensa, que se tíene por defecto

lo mismo que se respeta. Bueno está el mundo. «Sacad otros frascos. Franc. Istos decan tan blanqui il cutis, Monseur,

qui á4 la misma nieve afrentan. Alco. El que es moreno, y pretende con unas aguas como estas parecer blanco, con dos caras se nos representa, una artificial, y la otra que le dió naturaleza. Mascara es la artificial: las leyes imponen penas a los que mascara usan: luego estos son dignos de ellas. - Franc. Ístos son::- Alc. No saqueis mas. Alguacil , haced que sean rotos todos estos frascos, y los que en el meson tenga ese estrangero. Sacadle del lugar al punto, Ó sea puesto en un encierro. Franc. ¡Oh Diu! ¡yo perderr tota mi hacienda Alc. Hacienda para mal fin, menos gravoso es perderlas que manejarla. : Se le lleva el Alguacil 2.2 Esc. Doy fe de toda esta diligencia. Reg. Cada vez me asombro mas al escuchar sus sentencias. Ale. Y bien, señor Literato, ahora nuestro asunto entra: dexad ese asiento. Sab. Pero::- se quita del asiento. Alc. Pero estando á la presencia de esta vafa, que en mi mano al mismo Rey representa, no debeis estar cubierto. Vaya ese sombrero á tierra. Se le dexa caer. Sab. Señor::- AÁlc. Habeis engañado á la justicia; pero ella se satisfará. ¿Alguacil? oid::: habla con él ap Abat. El cuerpo me tiembla ap de-otrtle sólo. ti Per. Con mirarle : me da como balbucencia.

;

ap

Las madamas, Señor Alcalde, mirad::- Enfadadas se levantan. Álc. Y el que irreverente sea a mis mandatos, verá providencia mas severas ¿Me has entendido? Alg. 12 Ya estoy en todo. Venid. Sab. Que a fuerza me lleyan preso, protesto. Se le lleva. Esc. De que doy fe. - Sale el Alguacil 2. Alg. 2 Ya está fuera del pueblo el francés. Alc. Bien. Llegue el señor majo. Per. De esta hecha, este magnífico tren el demonio se lo lleva. Álc. ¡Cómo tiembla el majo! ¿Anton? Per. ¿Qué mandais? temblando. Alc. Esta indecencia de vestido, estos cintajos, decid , CÓMO no os afrentan? sois un miembro corrompido que 4 todo el estado ¿pesta. Llevádle, Alguacil, Mad. 2. Primero Se levanta y terciándose la ADOS: y la acompaña la otra madama, que á Periquito se prenda::- Alc. ¿Qué hareis? Ter. con las mugeres Se levanta, y las demas. no he de permitir que tengas desazon. Yo soy bastante para castigarlas. Mad. 2? Dexa. Mad. 2. ¿A nosotras? Ter. Á vosotras. Ald. 1. A ellas, Alcaldesa. Todas. Á ellas.

Embisten las Aldeanas á las dos con grita: á la segunda Madrileña se le cae la ocofleid» y el Alcalde y los demas las separan,

Álc. Sepárense, Ó vive el Rey::-

ase á4el Sabio.

ap.

| 7 Per. ¡Quién escaparse pudiera! ap. Mad: 2. ¡Haberme arañado á mi! Ter. 3 Pues pensó que eran de cera mis uñas? Esc. Del arañazo, y derribar la econenas doy fe. Alc. Levántala, y oye: Al, Alguacil 2. “entiendes? Alg, 2. Y con presteza os obedezco. Venid. á Periquito. Per. Con mis cintas voy 4 Ceuta. Se le lleva. Alc. ¿Quién es usted? Abat. Soy , señor, un músico, que se emplea en buscar honradamente la vida. Alc. ¿Y es vestimenta esa de músico? Abat. Lo es por honor de las Iglesias donde á cantar vamos. Alc. Bien: y decidme», ¿quién son esas señoras? Mad. 2. Si nos descubre somos perdidas, Manuela. Abar. Esta señorita es comercianta. Ale. Pero sepa - qual es su cometcio. Abat. En vino. e Ale. Segun eso, ¿es tabernera? Abat. señor. Alo. Es buen comercio ' si se tiene el agua cerca. ¿Y la otra? Abat. La otra es casada, y su marido se emplea solo en comprar hierro viejo. Las dos. Señora , vuestra clemencia 4 Teresa.

aparte.

ála 12 ap.

apelamos.

Ter. Yo os la ofrezco: que una cosa es, corriglera vuestro atrevimiento, y otra que por mi sexó ahora vuelva: vaya, marido , las dos, y los presos, que ya quedan

8 bien castigados, te pido les permitas que se vuelvan á Mudril. Reg. Yo os lo suplico. Todos. Y todos lo mismo ruegan: no riñamos por tan poco. Alc. Bien estár haced que vengan, A los Alguaciles. como "he mandado, los presos, veremos si asi escarmientan de venir solo á burlarse de nuestras pobres aldeas. Abat. Quando yo vuelva á ninguna, que se me rompan las piernes. Suca el segundo Alguacil al Sabio, en- señándole las letras de una cartilla, que

traerá en la mano: el Periquito trae

puesta la escofieta, y una rueca, hilando.

Alg. 2. ¡Qué letra es esta? Sab. E. L. E. Alg. 2. K,K. le da, Alg. 1.2 Vamos, amigo, hile apriesa. Sab. ¡Que esta vergienza yo pase! ap. Per. ¡Que pase yo esta vergiienza! ap» Alc. ¿Qué os parece, señoritas!

¿no estan bien los dos? las letras,

el Sabio fingido, quise

que en mi lugar aprendiera :

por caridad, y Castigo:

este para que proceda

sin fingirse lo que no es.

Y aquellas, para que sepan

lo que ignora. Al que con cintas

el ser de hombre vitupera, tenga oficio de muger, ya que se prende como ellas. Pero ya están perdonados, como aquí otra vez no vuelvan. Los dos. Juramos a vuestros pies no- pisar nunca esta tierra. Álc. Levantaos, y ahora baylemos.

Todos. Nuestro Alcalde viva y beba. -

Abat. Si se ha de baylar , señor, sabed que Doña Manuela

- lo sabe hacer grandemente.

Mad. 1. Y pues venia dispuesta para ello, os divertiré un rato, para dar muestras de que agradecida soy.

Alco. Dile al sacristan que venga, y que traiga el vigolin.

Álg. 2. Señor, con él aquí llega.

Sale uno con un violin.

Álc. Siéntate , y toca lo que esta señorita quiera.

Mad. 1.* El bayle ingles.

Álc. Y con esto aquí concluye esta idea, que enseña: queá la justicia, sea en ciudad Ó en aldea, siempre se ha de respetar: vamonos todos; y sean:

Todos. Perdonados los defectos del que por serviros yerra. Todos se sientan: á Cuyo tiempo esta

prevenida la baylarina, toca la or.

questa, bayla, y se concluye.

FIN. E

VALENCIA: EN LA IMPRENTA DE ESTÉVAN. Año 1817.

A 0 o,

Se hallará en la misma imprenta, frente el horno de Salicofres; y asi. mismo un. gran surtido de Comedias antiguas y modernas, Tragedias,

Saynetes y Unipersonales,

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